lunes, 8 de agosto de 2016

CINTIA RCHED "POS" Y EXPUESTA

Este viernes 12 de agosto el MUBA inaugurará la muestra “Pos”, de la artista chaqueña Cinthia Rched. Se trata de la tercera exposición que se concreta en el marco de la Convocatoria para Proyectos Expositivos 2016.
La apertura tendrá lugar a las 20.30 en la Sala 2 del MUBA, Casa de las Culturas, Marcelo T. de Alvear y Mitre, y podrá ser visitada hasta el sábado 24 de septiembre con entrada libre y gratuita.
Cinthia Rched inició hace 10 años una serie de pinturas ante la necesidad de sublimar sus experiencias de una enfermedad ósea que sufre desde el nacimiento.
Es por eso que la serie “Pos” exhibe autorretratos hospitalarios y procesos de rehabilitación.

A cuerpo abierto
Carolina Schöenemann escribe para la muestra que en “Pos” Cinthia invita a “vivir su drama con intensidad y franqueza.  De sus días de pos-operatorio, crea una trama sublimada, que indefectiblemente nos involucra haciéndonos partícipes de su sentir.”
Lo que se aprecia, continúa, “son resortes de ella misma en diferentes momentos de sus estadios, consecuencia de un proceso que inició hace 10 años, con la primera intervención quirúrgica.”
Las manchas y líneas aparentemente azarosas en el gesto, se conjugan en frenéticas y nerviosas cargas poéticas”. Y la artista confiorma esto al decir que “el gesto es mi estado de ánimo”, a lo que Schöenemann agrega que es por eso que lau obra “resulta densa y pesada, como lo son sus manchas, como lo es su propio cuerpo”.
Las obras, casi de tamaño natural “hablan de su obsesión por reducir la distancia entre el espectador y las telas, buscando empatizar con quien las mira -concluye-, entrega una lupa para acercarnos al detalle, al fragmento, al mínimo gran aspecto que hace y es la totalidad en sí misma (de ella y de su obra).”
“La pintura resiste,  igual que ella”, confirma Schöenemann. La producción está dividida en pinturas con carga de materia realizada a espatulados y dibujos hechos a pincel con óleo seco, otras con veladuras de óleo, donde usa la espátula como cuchillo que raspa la tela y en modo de línea levanta y vuelve a redibujar. “Las paletas de grises, negros y tierras, casi sin color ni saturación, producen el  buscado resultado dramático. De carácter tajante, la obra proyecta literalmente un cuerpo en construcción, vivo y sobrevivido”, amplia.
“Ella y su cuerpo -agrega- son los protagonistas de las escenas que construye, que han sido parte de escenarios reales en sanatorios, y ahora transmutan compactas en la dimensión representativa de la pintura. Las manchas chorreadas devienen así en configuraciones imaginarias y simbólicas de sus propias sensaciones físicas y sus emociones.”
Cinthia Rched a su vez comenta que en las obras están sus recuerdos, su vida, y quiere “mostrar el sentimiento lo más real posible. Que las pinceladas y las líneas sean como los cortes ya cicatrizados” de su cuerpo, “pero no en la mente.”  Las líneas “son el dolor y la fuerza interior”, afirma y con cada obra va “cicatrizando de a poquito,  adquiriendo fuerza” y a la vez, se energiza y hace “inmortal”, concluye.
Schöenaman finaliza su comentario y asegura que “Cinthia interpela, nos interpela con su arte tanto o más como a ella misma la interpela su propio cuerpo intervenido-transfigurado en arte y su arte transfigurado en cuerpo (su cuerpo y el cuerpo del otro, ese otro que es tanto ella en sus telas como el/los espectador/es que la miran, la observan, la juzgan, se compadecen, se identifican, o se inmovilizan ante ella.
De una u otra forma, tanto ella como su obra y quien la observa participan de una experiencia estética procesual expandida (capaz de transcender los límites físicos del cuerpo y de la tela, de tras-pasar –en un juego de reciprocidad infinita– la materialidad de la tela hasta volver a la materialidad originaria, a la “tela física del cuerpo” de la cual abrevan eternamente sus pinturas)”.

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